Carta dedicada a las mujeres cubanas, en su día

El papel en blanco y las ideas buscando puerto seguro. Las palabras se sienten insuficientes y gritan a toda vos que quieren ser superiores, no entienden por qué deben ser las mismas siempre, cuando hay ocasiones que ameritan vocablos de los que solo se usan para salir, de los mejorcitos, de los que no son de marcas reconocidas pero que cuidamos para momentos especiales.

Y en eso llega un hálito de musa. Intento atraparlo y se me escapa, el Facebook me regala notificaciones nuevas y, entre ellas, los me gusta que les profesan algunos a los rostros de mujeres. Allí se me dibujan unos bien cubanos, repletos de femineidad y sutileza.

Empieza a tener sentido todo. Las ideas corren para rendirles pleistesía en su día, pues saben que como las mujeres cubanas hay pocas en el mundo, no se encuentran con frecuencia esas que sacrifican todo por sus hijos y se reinventan estrategias para hacer felices a los que le rodean.

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Saco del closet las mejores palabras que encuentro, unas un poquito utilizadas, pero aún me hacen lucir bien, y las dejo correr libremente. Orgullosas están de hablar de las marianas isleñas, felices de lucir sus mejores galas para las incansables y nunca suficientemente reconocidas.

Las mujeres cubanas, de siluetas delicadas y miradas tiernas, de espíritu constante y luchador, de esencia pura y alma transparente. La mujer cubana fina y guerrera, madre y amiga, hija y esposa. La mujer cubana hermosa y de paso firme, con sueños y ambiciones, amante y enamorada, comprometida y segura.

Desembarcaron en puerto seguro las ideas y sienten que su cometido estuvo cerca de las aspiraciones. Las cubanas encontraron en el papel un poquito de lo que merecen. Las palabras decidieron no regresar al perchero aún sabiendo que el sereno deteriora la tela, pero se sienten más protegidas en los ojos de las féminas que en el calor del encierro.

A las mujeres cubanas, en su día, estén donde estén, y a las que no nacieron en la isla, pero se sienten tan nacionales como nosotras, a las que acompañan incondicionalmente a esta revista, felicidades en este 8 de marzo.

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